Imágenes adicionales antes de una cirugía para cáncer pueden no ser necesarias

Entre los pacientes con un tipo específico de cáncer colorrectal con metástasis limitadas al hígado, las imágenes mediante tomografía por emisión de positrones (PET) y tomografía computarizada (TC) antes de la cirugía no cambiaron significativamente el tratamiento quirúrgico del cáncer, en comparación con el uso de sólo la tomografía computarizada.

Estos hallazgos fueron publicados el 13 de mayo de 2014 en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA). El cáncer colorrectal es una de las principales causas de muerte por cáncer. Alrededor del 50% de los pacientes se presentan con un cáncer que se ha diseminado al hígado o lo desarrollan posteriormente. Algunos pacientes con metástasis hepáticas son candidatos a una cirugía para eliminar el cáncer. Sin embargo, las metástasis ocultas no identificadas en el momento de la cirugía pueden hacer que la operación no resulte curativa. Por lo tanto, la supervivencia a largo plazo después de la resección quirúrgica (extirpación) de las metástasis hepáticas del cáncer colorrectal es sólo del 50% aproximadamente. La tecnología de imágenes por PET-TC puede ayudar a evitar que la cirugía no sea curativa, mediante la identificación de los pacientes con metástasis ocultas, según los investigadores.

Carol-Anne Moulton, MB, BS, de la Red de Salud Universitaria (University Health Network) (Toronto, Canadá) y sus colegas remitieron aleatoriamente algunos pacientes con cáncer colorrectal, tratados mediante cirugía con metástasis resecables basándose en la TC, para que les realizaran la PET-TC (n = 270) o sólo TC (n = 134) para determinar su efecto en el tratamiento quirúrgico de estos pacientes. El estudio, realizado entre 2005 y 2013, incluyó a 21 cirujanos de nueve hospitales de Ontario.

De los 263 pacientes a quienes les practicaron exámenes por PET-CT, 111 proporcionaron nuevos datos: 62 fueron clasificados como negativos y 49 presentaron lesiones anormales o sospechosas. Se produjo un cambio en el manejo (cancelado, cirugía hepática más extensa o realizar cirugía en otros órganos) como resultado de los hallazgos de la PET-TC en el 8,7% de los pacientes; para el 2,7% se evitó una cirugía del hígado no curativa. En general, se realizó la resección hepática en el 91% de los pacientes del grupo de PET-TC y en el 92% del grupo de control.

La mediana de seguimiento fue de tres años. Los investigadores descubrieron que no hubo disparidad sustancial en la supervivencia ni en la supervivencia libre de enfermedad entre los pacientes del grupo con PET-TC, versus el grupo de control. “Muchos países se esfuerzan por mantener la calidad de la atención en salud dentro de los presupuestos existentes. Esto es difícil debido al aumento de los costos sanitarios que resulta del envejecimiento de la población y del costo de los nuevos tratamientos y tecnologías, como las de imágenes funcionales y para diagnóstico”, escribieron los autores en su artículo. “Entre los pacientes con metástasis hepáticas potencialmente resecables de adenocarcinoma colorrectal, el uso de PET-TC en comparación con la TC sola no produjo mayores cambios en el manejo quirúrgico. Estos resultados plantean interrogantes acerca del valor de las exploraciones con PET-TC en este entorno”.

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University Health Network